top of page

La olla

  • insanguineveritasb
  • 22 feb 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 19 jun 2024

Hay ventanas para mirar afuera y las hay para mirar hacia adentro… En realidad no existe ninguna de ellas, creo que ni siquiera estoy en una casa... Quizás esté soñando.


Vagueo ocioso por los alrededores de la casita de cuento con su tejado a dos aguas y su chimenea encendida, y donde seguro que encontrare a la bruja Griseida cociendo a fuego lento a dos niños entrometidos. No sé si es cierto, pero los cuentos siempre son así, de continuo brujas y no brujos.

Entro en la casa porque el cupo de carne para hoy entiendo que está servido. ¡Sorpresa! Hay niños pero no bruja. Debe de estar de cháchara con las amigas; sin duda, cerca. El guiso se ha de revisar o se quedara sin agua. No dirijo ninguna mirada a los niños. Están chapoteando tranquilamente en una gigantesca olla de cobre con simpáticos dibujitos de gnomos y que apenas empieza ahora a hervir, y los veo contentos. Tampoco están extrañados por mi presencia, absortos en su canturreo. Me asomo a la ventana de fuera, al alfeizar de madera blanca, y contemplo extrañamente aburrido el exterior. No reconozco nada y sin embargo… Me muevo inquieto con una sensación de extraña acidez en la boca del estómago. Demasiado picante, demasiado alcohol, demasiada vida.

Me muevo hacia la otra ventana que está en el interior, donde no debiera estar porque, ¿quién quiere mirar hacia el interior?

Me acerco cauteloso, como si temiera despertar al inexistente gato que duerme cerca del fuego. Hay otra casa, como esta pero no es esta; es el mismo tiempo, como este pero no es este...Cuando veo a los niños dentro del caldero ya no me sorprendo. Entonces me giro, apenas sobresaltado por el gritito risueño de Hansen:

-Señor, ¿ya puede por fin venir a jugar con nosotros como nos prometió?



Por @MarianicoJose

Entradas recientes

Ver todo
Mariposas

Darius Ophicus se acercó cuidadosamente a la phengaris nausithous, admirando la belleza del insecto caníbal. Reía quedamente al imaginar...

 
 
 
Visión de Lloricas

Lloricas estaba enfadado. Otra vez su compañero de vivienda, el impertinente de Esteban, se permitía molestarle llamándole con ese...

 
 
 

Comentarios


Publicar: Blog2_Post

©2024 por In sanguine veritas . Creada con Wix.com

bottom of page